COMENTARIOS IN-PRESENTABLES
Pensar las posibilidades políticas del cuerpo en un espacio y un tiempo concretos. Esa es la propuesta de Luiz Abreu en su Samba do crioulo doido. Pensarlas desde su identidad de negro y de homosexual, pensarlas desde su condición de otredad después de haber sufrido una situación (pos)colonial. Pensar -otra vez más y bienvenida sea- las posibilidades de la diferencia en la escena. Hasta aquí nada nuevo. Todos aprendimos con E.W. Said -en su exquisito Orientalismo- lo de las relaciones entre el poder y la representación y como todo proceso de construcción identitario pasa por una relación de fuerzas en la que las condiciones económicas acaban imponiendo su ley. Ahora bien, ante esta situación, lo interesante de Abreu es su propuesta explícitamente estética, emocional, espectacular; en continua dialéctica con procesos distanciadores y reflexivos. En este sentido, Luiz Abreu es consciente que en esa tensión entre lo emocional y lo racional se encuentran todas las posibilidades de hacer real la obra, de deconstruir el discurso colonial que convirtió su subjetividad, su mirada y su ser mirado en cosa. Aquí la ironía –ni publicitaria, ni griega, sino brasileña- se convierte en el mejor lenguaje para desautomatizar el discurso del poder y así conectar políticamente con el espectador, haciendo legible –una legibilidad que siempre deviene en una relación de iguales- su cuerpo, proponiendo marcos de relación entre un tú y un yo en el que no medien discursos de sumisión.
Alberto Sebastián
lunes, 23 de junio de 2008
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